Y en ese momento todas mis esperanzas se rompieron como cristales.
Incluso pude oír el gran sonido que hicieron esos pedazos rotos.
Eran los pedazos de mi corazón que una vez más volvían a caer a un enorme mar de lágrimas donde más tarde no me quedaría otro remedio que ir en busca de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario